Ruina de Conimbriga, la actual Coimbra (Portugal). |
Esta guía de viajes “propone al lector un recorrido sin parangón por todos los rincones romanos que permanecen en pie y se pueden visitar tanto en España como en Portugal”, explica el autor. Un minucioso y detallado catálogo de ciudades, edificios públicos, acueductos, puentes, anfiteatros, murallas, viviendas o artefactos salen de nuevo a la luz, o lo que queda de ellos, más de dos mil años después, para completar de la mejor manera esta experiencia viajera.
Hablamos de 'romano' para referirnos a un periodo que, solo en el caso de Hispania, abarca casi siete siglos. Fue la necesidad de un mayor control sobre el territorio en un momento de inestabilidad la que llevó al emperador Diocleciano, en el año 293, a plantear una nueva organización de las provincias, que también afectó a Hispania, la cual se convirtió en una de las doce diócesis en las que se dividió el Imperio. Hispania, cuyo ámbito abarcaría también el norte de África, quedó dividida en seis provincias: Gallaecia, Tarraconense, Cartaginense, Bética, Lusitania y Baleárica. Y es a través de ellas y desde sus respectivas capitales (Braga, Tarragona, Cartagena, Córdoba, Mérida y Alcudia) como la 'Guía de viajes por la Hispania Romana' establece su mapa radial e invita al lector a viajar a lo largo y ancho de la Península Ibérica para conocer los lugares que perduran de una sociedad que sentó las bases de la cultura que todavía hoy perdura en Occidente.
Entre ruta y ruta, la guía intercala explicaciones o destacados que detallan los principales hitos que los romanos aportaron a Hispania mientras duró su dominio: se cuenta cómo era su urbanismo e ingeniería, cómo creaban ciudades y construían villas, domus, mosaicos, calzadas, puentes, teatros, circos, anfiteatros, murallas, acueductos, cómo era su acuñación de moneda.... “Pero también recoge lo que Hispania proporcionó al Imperio: personajes como los emperadores Trajano, Adriano o Teodosio, senadores como Lucio Balbo, filósofos como Séneca, literatos como Marcial o Quintiliano. Y no debemos olvidarnos de las materias primas que aquí se generaban en abundancia y se exportaban a Roma: conservas de pescado como el garum, aceite de oliva, vino, minerales, cerámica...”, apostilla el periodista.
La 'Guía de viajes por la Hispania Romana' se completa con dos anexos: uno repasa las fiestas más destacadas de temática romana que se celebran durante todo el año en territorio peninsular (Tarraco Viva, Floralia, Emerita Ludica...); el otro apéndice recopila locales de restauración abiertos en la actualidad cuya decoración o motivos están ambientados en aquella época.
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