Las legiones requerían un avituallamiento regular de pertrechos y provisiones para poder obtener el éxito en el campo de batalla. Por ese motivo, la logística fue siempre un asunto esencial en la práctica de la guerra. Los abastecimientos necesarios podían ser obtenidos de varias formas: suministro directo desde Roma o compra directa a las comunidades del entorno, por mantenimiento a cargo de los aliados, por saqueo o, en ciertos casos, de lo que los propios ejércitos podían recabar en su entorno. En el número 11 de Stilus, el historiados Pau Valdés Matías nos habla de los pros y desventajas de cada uno de estos métodos.
lunes, 23 de diciembre de 2013
lunes, 9 de diciembre de 2013
Revistas de historia: diciembre 2013
El juego, una pasión muy romana |
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