martes, 17 de abril de 2018

Publio Sitio Nucerino; el hombre que pudo reinar... y lo hizo. Segunda Parte.


Tras su condena nuestro protagonista aún mantenía sus contactos con los grupos clientelares a los que estaba ligado, como prueban las mencionadas cartas de Celio, y otras en la que Cicerón reconoce tener subscritos contratos con él. Pero sin poder realizar transacciones con el Estado y bajo la amenaza permanente de confiscación de cualquier bien a su nombre que se encontrase en territorio romano, sus posibilidades como negotiator estaban muy limitadas.
Dio entonces un giro total a su carrera. El ejército romano era, con diferencia, el más prestigioso de la época, y los reyes africanos deseaban, sobre cualquier otra cosa, disponer de unas fuerzas armadas eficaces. Publio Sittio pasó entonces de comerciante a militar, un campo en el que no consta que tuviera ninguna experiencia. Partiendo, quizás, de su banda de cazadores, formó bajo sus órdenes una