(Viene de:"Marco Manlio Capitolino, o los peligros de ser un héroe I")
Lejos de colaborar facilitando créditos a bajo interés, los patricios se aprovecharon de la situación, obligando a sus conciudadanos a aceptar condiciones de auténtica usura. Aquellos que no podían pagar eran de inmediato vendidos como esclavos. Marco Manlio, que pertenecía a una de las gens patricias más poderosas y de más rancio abolengo (el cognomen Capitolino no procedía de su hazaña defensiva, como creen algunos, lo ostentaba desde antiguo la familia por tener su residencia en la propia colina del Capitolio) había sido hasta entonces un decidido partidario de su clase, e incluso fue nombrado interrex en el año 387 a. C. Su conversión a la causa plebeya estuvo provocada, según la versión oficial, que recoge Livio, por su orgullo desmedido, al considerar que sus colegas patricios no valoraban suficientemente su “heroicidad”. Una cosa que me encanta de Tito Livio es que, junto a la versión oficial a la que se adhiere siempre de la forma más grandilocuente, desliza los datos que permiten cuestionarla.