Hace unos 2200 años
hubo reyes griegos dominando extraños lugares de Asia Central y la lejana India.
Puede sonar raro, pero es que Alejandro Magno había instalado allí a sus
antepasados doscientos años antes, para ser ciudadanos de las muchas Alejandrías
que fundaba en su expedición sin destino, como quien siembra lentejas por el
campo y luego las abandona.
Muchas de esas
ciudades y sus habitantes desaparecieron bajo la arena del desierto o las
raíces retorcidas de los bosques de Asia, otras llegaron a ser capitales de
reinos exóticos, que fueron habitados por gentes que los indios llamaron yavanas (griegos)
y origen de leyendas que tuvieron tanta fama que llegaron a oídos de sus alejados
paisanos de Grecia, y de ahí a los romanos. Una de esas leyendas fue Menandro
I, al que los indios llamaron Melinda, el rey de los yavanas.