Jesús Barba (izq.) y Mateo Bellardi, fundadores de Pausanias. |
Jesús Barba y Mateo Bellardi se
conocieron por asuntos laborales (ambos son arqueólogos). Con
el tiempo descubrieron que ambos echaban en falta una empresa que organizase viajes como los que a ellos les gustaba hacer,
visitando sin prisas yacimientos de interés, muchos de los cuales no
están en los circuitos de las grandes operadoras. No encontraban
empresas que les ofreciesen esta posibilidad. A lo sumo,
organizaciones que proponían algo similar sólo para su círculo
exclusivo de socios.
Se pusieron manos a la obra y, a
principios de año, nacía su empresa de viajes arqueológicos y
culturales, centrada en la Historia del Mediterráneo desde la
Prehistoria hasta la Edad Media. La iniciativa recibió el nombre de
Pausanias, en honor del viajero y geógrafo del siglo II, y ha
realizado ya un viaje a la Roma de los generales victoriosos.
P: El periodo que va desde la Prehistoria
hasta la Edad Media da para muchos viajes, aunque siempre hay
periodos con más tirón que otros. ¿Cuáles creen que tienen más
potencial o interés para el público?
Mateo Bellardi: La civilización romana
se percibe como más cercana y a la gente le llama más la atención,
pero en España también tenemos ejemplos muy llamativos de arte
rupestre, de los mejores del mundo.
Jesús Barba: Sí, el arte rupestre
genera mucho interés gracias a los yacimientos de la Cornisa
Cantábrica, aunque no nos olvidamos de los enclaves de arte
levantino, en Teruel y Castellón. Además, nuestro propósito es
ampliar los recorridos de arte prehistórico al sur de Francia.
P: Comienzan la andadura de Pausanias
en plena crisis económica y en un sector como el turístico, en el
que cada vez hay más personas que recurren a Internet para diseñar
viajes a medida y ahorrar dinero con ofertas low cost o de último
minuto. ¿Son ustedes unos temerarios?
J. B.: No, porque nosotros nos dirigimos a
un público que tiene el “gusanillo” de la Historia y está
dispuesto a pagar por hacer un viaje diferente al que ofrecen las
grandes operadoras. No es un público numeroso, pero no se deja
seducir por las ofertas masivas.
M. B.: A la gente le surgen muchas
preguntas en el propio sitio arqueológico acerca de lo que ven y del
periodo histórico que refleja. La mayoría de esas preguntas no las
contesta una guía de viajes y tampoco es práctico buscar información en Internet, en ese momento.
P: ¿Les afecta una
situación como la actual en la que muchos yacimientos, como los de Castilla-La
Mancha, están cerrando por falta de fondos.
J. B.: Sí, eso nos está perjudicando a
todos. El patrimonio está en riesgo de privatización. La
explotación es deficitaria y la sociedad carece de concienciación.
La gente parece dispuesta a pagar 9 euros por ir al cine, por
ejemplo, pero cree que entrar a un yacimiento tiene que ser gratuito
o costar muy poco. Y estaría muy bien que fuese así; yo soy un
defensor del acceso gratuito a la cultura. Pero también sería bueno
que se empezase a valorar lo que nuestro patrimonio nos aporta,
y que es bueno pagar por mantenerlo y visitarlo.
M. B.: En países con un patrimonio tan
grande como Italia o España no se explotan todas las posibilidades,
no se intenta identificar a la gente con el yacimiento que tiene al
lado de casa. En el Sur de Europa podríamos hacer mucho más en
torno al patrimonio. No debemos quedarnos en la visita esporádica,
sino realizar actividades culturales de otro tipo, como las
representaciones de obras en los teatros clásicos.
J. B.: Las personas que no han visitado
los yacimientos de su entorno no prestarán atención a su cierre.
P: ¿Cómo enfocan los viajes
culturales que organizan?
J. B.: Lo primero es buscar un eje
temático para el recorrido: la procesión triunfal de los generales
que llegaban a Roma, el arte paleolítico, la fundación de Roma, la
Vía Apia... Una vez decidido nos documentamos exhaustivamente para
poder dar explicaciones amenas y comprensibles.
M. B.: Nuestra principal preocupación es
explicar cómo ha evolucionado cierto lugar. Queremos hacerles ver a
nuestros usuarios que la Historia es un proceso que se refleja en
sucesivos estratos. Para lograr este objetivo damos unas charlas
preparatorias previas al viaje, con el fin de dotar a los viajeros de
unos conocimientos del contexto histórico-cultural que les ayuden a
interpretar los que vamos a ver in situ.
P: ¿Qué conclusiones han sacado de
sus viajes anteriores?
M. B: Lo que más me ha sorprendido es
ver cómo conecta la gente con los sitios, aunque no sean
espectaculares. Me ha gustado la receptividad hacia lo que les
transmito, independientemente de si han estudiado la carrera de
Historia. No es necesaria para apreciar los yacimientos.
Y también me ha sorprendido el aguante
que tienen. Caminan todo el día de un sitio a otro y, en muchas
ocasiones, siguen con ganas de salir por la noche, a pesar de que yo
estoy agotado... (risas).
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