martes, 27 de junio de 2017

Grand Ages: Rome



En pleno veranito, hablar de juegos es casi una necesidad.
 El último constructor de ciudades romanas para ordenador digno de llamarse así ha sido este juego del 2010, desarrollado por Haemimont Games y publicado por Kalypso. Es la versión internacional y mejorada de un juego de origen español e italiano que salió dividido en tres partes durante los años 2006-2008, bajo el nombre de “Civitas” (I, II y III). No es una novedad, pero sí un clásico digno de cualquier amante de Roma. Tuvo una expansión (Reign of Augustus) pocos meses después y ahora se vende en plataformas digitales la versión “Gold” que une las dos… pero solo en inglés.


 Como todos los juegos semejantes, tiene un modo campaña y otro libre. Pero en este caso, el modo campaña es mucho más desarrollado que en otros juegos anteriores. Aquí eres un romano de la época de las Guerras Civiles del siglo I a.C.  y tienes que ir escogiendo misiones de construcción que te van dando los famosos de la época, como Cicerón, César, Craso, Pompeyo (Octavio y Marco Antonio en la campaña de Augusto) y según las vas cumpliendo aumentas de prestigio y puedes escoger entre otras, hasta llegar a la guerra civil entre César y Pompeyo (o Marco Antonio y Octavio), donde debes elegir tu bando y enviar tropas suficientes para vencer al enemigo. Es una campaña mucho más abierta y con más posibilidades de elección por parte del jugador que en juegos anteriores.

Menú de escoger personaje

 Los escenarios son variados y abundantes, por todo el imperio, aparte de tener un tamaño considerable. Por otra parte, hay objetivos secundarios en cada escenario, que dan diferentes bonus, y también un árbol de tecnologías a desarrollar, no tanto amplio como el del Civcity Rome, pero decente, y la posibilidad de ir acumulando dinero de misión en misión mediante la compra de latifundios.

Pantalla del modo campaña

 Una diferencia clara con otros juegos anteriores es la presencia de esclavos, que parecía un tema tabú en el mundo de los juegos de romanos y en Grand Ages: Rome se atreven a tratarlo. Aunque de manera superficial. Los esclavos se consiguen conquistando pueblos de bárbaros que hay en el escenario o por comercio y luego se pueden usar como sustitutos de trabajadores libres en diferentes trabajos.

Pueblo bárbaro inspirado en la aldea de Asterix

 El modo libre permite construir la ciudad de tus sueños en alguno de los muchos escenarios que ofrece el menú. La construcción de la ciudad en sí es más sencilla que, por ejemplo, en la saga Caesar. Aquí no hace falta construir almacenes ni graneros, porque la producción de objetos y alimentos fluye sola por la ciudad. Solo hay que construir las casas cerca del ámbito de influencia de un templo o panadería para recibir sus beneficios, pero la panadería o el herrero, por ejemplo, pueden estar en cualquier lugar para recibir el grano del campo o el metal de la mina. Se pueden construir mercados, pero tampoco es necesario mientras haya tiendas esparcidas por la ciudad que produzcan objetos y alimentos. En definitiva, puedes dedicar más tiempo a la estética que a la gestión. Es un  juego de micromanejo sencillo. Solo hay que construir casas para crear habitantes que ocupen los puestos de trabajo cercanos (o usar esclavos). El crimen o las revueltas se controlan teniendo poco paro y comida suficiente. Apenas hay derrumbes o incendios y son fáciles de controlar.

Las ciudades dan gusto de lo tranquilas que son

El interfaz es muy bueno. Nada de iconos en menús laterales que tapan la escena y te obligan  a mover el cursor hacia ellos cada dos por tres. Basta un clic derecho del ratón y te aparece una rueda con opciones de construcción a escoger. Muy práctico y bien estudiado.


El interfaz. Todo un ejemplo de menú rápido y nada molesto

 Como ya es clásico en estos juegos, hay tres clases de ciudadanos: plebe, équites y patricios. Con sus casas, trabajos y necesidades propias. Nada de innovación en este aspecto. Quizá lo único diferente es que los équites son necesarios para reclutar legionarios. También es una gran idea la posibilidad de crear pequeñas ciudades o pueblos en un mismo escenario, mediante “outposts”, que permiten el desarrollo de una ciudad a su alrededor.

Foro en día de discursos

 El tema militar parece, en principio, más desarrollado que juegos anteriores, pero sigue siendo superficial. Puedes crear diferentes unidades de legionarios  y cohortes auxiliares, con diferentes habilidades y moral, que aumentan su experiencia con entrenamiento. Aunque este último consiste en pagar dinero. Así dicho, suena hasta bien. Pero en las batallas y asaltos la táctica se limita a tener más unidades con experiencia y poner a los arqueros detrás de la infantería para que no los maten pronto. Luego, todos al lío a dar estopa. Más simple que en Age of Empires.

Las batallas son una montonera

Los gráficos cumplen y son acertados, con gusto por el detalle al acercar la cámara. Se echa de menos, en un juego tan centrado en lo estético, más opciones de decoración y edificios.

Bonito panorama

En definitiva, es bonito, vistoso, grande… pero si te va la estrategia es tan sencillote que se vuelve repetitivo en poco tiempo. A los amantes de la Antigüedad les gustará, pero el amante de los citybuilders lo considerará un juego menor.

Les dejamos con un vídeo sobre el juego... desgraciadamente en inglés, pero la imagen es lo que cuenta:


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