Les
presentamos hoy un juego interesante, de la empresa canadiense
Longbow, que ya va por la tercera entrega de su serie de juegos de
estrategia y conquista llamada "Hegemony". En este caso, te
ponen en la tarea de unificarla península italiana, ya sea con los romanos o con
cualquiera de las otras 25 facciones que puedes manejar.
La saga Hegemony empezó en 2010, con "Hegemony: Philip of
Macedon" y principalmente con su versión ampliada de 2011
"Hegemony Gold: Wars of the ancient greeks".
Eran juegos de
RTS (Real Time Strategy) en el que tenías que conquistar la Grecia
antigua, con dos campañas a elegir, ya sea en el papel de Filipo de
Macedonia a mediados del siglo IV a.C. o en el de una polis griega en
la Guerra del Peloponeso (431-404 a.C.). Dos campañas muy diferentes
en donde el jugador tenía libertad de elección y movimiento, un
sandbox como se dice en la jerga de los juegos de PC; pero cada dos
por tres el juego te ofrecía misiones a realizar, que podían darte
importantes bonus y facilitar tu tarea de conquistar Grecia.: tomar
una ciudad, destruir un determinado ejército, etc...
Dos
años después salió "Hegemony Rome: Rise of Caesar", que
venía a ser lo mismo, pero en la Galia de Julio César y con unos
pocos añadidos cosméticos. No obtuvo tan buenas críticas como el
primero de la saga.
En
2015 salió "Hegemony III: Clash of the ancients", donde
hay que unificar la Italia prerromana, y sus críticas han sido tan
buenas como el primero de la saga, aparte de añadir cosas muy
interesantes. Se puede decir que es una mejora de la idea original
sin complicar demasiado la vida del jugador. Algo muy difícil de conseguir en juegos de
estrategia.
Menú de facciones a elegir |
Lo que caracteriza a los juegos "Hegemony" y los ha hecho
famosos es su transición sin cortes desde el mapa estratégico al
mapa táctico. Por ejemplo, en cualquier momento puedes bajar la
cámara desde la vista satélite, que comprende toda Italia, hasta la
cabeza de un ciudadano de Tarento. En un plis plas, sin demora. Es una maravilla.
En el mapa estratégico los ejércitos y ciudades están
representados por estatuas clásicas, fáciles encontrar y de seguir
por el mapa. Al acercar la cámara ya vemos las diferentes unidades
de cada ejército, el mapa realista y los edificios de las ciudades.
La mecánica del juego no es muy complicada: hay que ir creando
ejércitos y conquistando ciudades, ya sea por la fuerza (la mayoría
de las veces) o la diplomacia. Los ejércitos se crean principalmente
en las ciudades, que en este Hegemony, a diferencia de los
anteriores, se pueden incrementar en tamaño y hacerlas verdaderas
capitales o centros de comercio. También se pueden conquistar y
crear fuertes, que permiten acuartelar ejércitos y reclutar mercenarios en zonas
fronterizas o muy deseadas.
Organizando la línea de batalla |
Las
ciudades deben ser alimentadas y dotadas de suministros de madera y oro.
Para eso hay granjas, minas y zonas de bosques que se vuelven más
estratégicas que las propias ciudades. Porque las ciudades crecen y
dan impuestos, gracias al suministro y mejora de las fuentes de
recursos cercanas, y los ejércitos consumen comida y recursos de su
ciudad cuando están de expedición, aunque con la experiencia
desarrollen habilidades que puedan minimizar un poco el consumo.
Ciudad con puerto |
Es
básico, por tanto, en el juego construir una red de granjas y líneas de suministro seguras, mientras machacas las de
los rivales para debilitarlos... y luego conquistarlos.
Las batallas son menos espectaculares que las del Total War, pero más
inteligentes. Además ocurren al momento, sin transición. Tal cual
te encuentres al enemigo, comienza la pelea. Flanquear con las
unidades adecuadas es lo primordial, atacar a lo bestia o de frente
causa la derrota o muchas bajas.
Aparte, en este Hegemony hay un árbol de tecnologías a desarrollar,
en diferentes campos, que facilitan el desarrollo de tus ciudades y
la mejora de tus ejércitos. Sin olvidar a los generales y
gobernadores de ciudades, que otorgan bonos a los ejércitos o
mejoran los ingresos y disminuyen el malestar de tus ciudadanos.
En
el apartado gráfico, el juego cumple y da lugar a vistosas batallas
y paisajes. No es un Total War, desde luego, pero para un juego de
estrategia son gráficos más que dignos. La ambientación de las
pantallas del juego y los menús, basada en las figuras de las
cerámicas griegas del estilo clásico, es soberbia y una obra de
arte por sí misma.
Paisaje a vista de pájaro |
Pero el juego tiene ciertas carencias. Muchos se quejan de que la
economía es incomprensible o demasiado dura, que se tiene todo
bien suministrado y en crecimiento, pero los ingresos no paran de
bajar de una manera extraña. En mis partidas me ha pasado algo
semejante, pero quizá se deba a que el juego es exigente con el
jugador y que hay que hacer las cosas muy bien.
Mapa de línea de suministros |
El problema principal del juego, en mi opinión, es el de todos los
RTS: que más tarde o más temprano no juegas, te estresas.
Llega un momento que tienes un buen número de ciudades y mueves varios ejércitos, lo que implica que cada dos por tres recibes avisos de una invasión, un ataque de bandidos, una carencia en una ciudad, un asedio de otra, una declaración de guerra, una petición de tregua... o varios asuntos a la vez. El juego se convierte en un dar al botón de pausa cada pocos segundos o en desplegar un ejército para una batalla, mientras dejas que otro se las arregle solo en otra parte del mapa. Es muy difícil el control de todo el imperio cuando te expandes. A veces, he dado una vuelta por el mapa y me he encontrado con una de mis ciudades saqueada o tomada por enemigos, con un ejército mío cerca que podía ayudar, y ni me había dado cuenta porque se me había pasado por alto el mensaje de aviso.
Llega un momento que tienes un buen número de ciudades y mueves varios ejércitos, lo que implica que cada dos por tres recibes avisos de una invasión, un ataque de bandidos, una carencia en una ciudad, un asedio de otra, una declaración de guerra, una petición de tregua... o varios asuntos a la vez. El juego se convierte en un dar al botón de pausa cada pocos segundos o en desplegar un ejército para una batalla, mientras dejas que otro se las arregle solo en otra parte del mapa. Es muy difícil el control de todo el imperio cuando te expandes. A veces, he dado una vuelta por el mapa y me he encontrado con una de mis ciudades saqueada o tomada por enemigos, con un ejército mío cerca que podía ayudar, y ni me había dado cuenta porque se me había pasado por alto el mensaje de aviso.
Es
un juego exigente, por lo que no será del gusto de todos. Tampoco
pretende serlo. Así es Hegemony III.
Les
dejamos con un video de una partida:
Muy bueno!! Soy de Brasil, ahora yo voy pasar a seguir su blog
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