Quinto aniversario de la revista Stilus

Como sucede con la propia ciudad del Tíber, los orígenes son imprecisos. Pero hace cinco años, en pleno invierno, empezaba a tomar forma la idea de crear una revista sobre la civilización romana. Lo que era una idea difusa fue perfilándose poco a poco en la mente de unos apasionados de la Historia antigua. A mediados de febrero se reunieron la Plaza de Castilla de Madrid para hacer acopio de propuestas. En la barra de un restaurante se empezaba a definir un proyecto que llevaba meses rodando sin llegar a cobrar fuerza para despegar.


De aquella primera reunión salió un legajo de papeles pintarrajeados y un borrador con temas para iniciar la singladura de la revista. De los iniciadores del plan Pablo Amado se apeó del proyecto en primavera por problemas de agenda, pero se sumaron Enrique Santamaría, Alejandro Carneiro y Francesc Sánchez. Ellos configuraron el primer Consejo de la revista, que recibió las sugerencias e indicaciones de muchas más personas. Se buscaron colaboradores y, mientras empezaban a llegar los primeros artículos, la marca Stilus adquiría la imagen característica heredada de la caligrafía rápida de las tablillas de Vindolanda.

El 6 de julio de 2007 veía la luz el primer número de Stilus, que constaba de menos de 20 páginas. Desde entonces, la revista ha publicado abundante información sobre arqueología militar en la Península Ibérica, derecho y medicina. En torno a estos contenidos, en fueron apareciendo colaboraciones concretas para enriquecer el tratamiento del tema central cada número. A finales del 2010 se crea una página en Facebook para facilitar el contacto con los lectores y alentar su participación en la elaboración de los números. Este rumbo se ha consolidado con la puesta en marcha de un compañero de viaje virtual, el blog Tabula.

Nueve números para 10 años

En estos cinco años, muchos amigos han hecho posible la continuidad de la revista gracias a su esfuerzo desinteresado. Por las páginas de la revista han pasado estudiosos de gran reputación y estudiantes de Historia. Todos ellos han brindado al proyecto un entusiasmo y conocimiento que han llevado a la revista a hacerse un hueco en el panorama de la divulgación histórica. También hemos disfrutado de la ayuda de apasionados por la Antigüedad que, en la medida de su tiempo, han dado solidez a este proyecto que comenzó en un modesto restaurante de comida rápida. Confío en que sabrán comprender que no les nombremos a todos y cada uno de ellos, para no aburrir al lector con una lista que supera el medio centenar de nombres. A todos ellos y a todos los lectores que nos acompañan y dan ánimos para continuar, muchas gracias.

P.S:  A modo de homenaje a todos los seguidores, adelantamos uno de los reportajes de nuestro próximo número. Se trata de un trabajo, firmado por nuestro colaborador Marcos Uyá, relativo a los alimenta, las fundaciones de beneficencia infantil instituidas por Trajano.