lunes, 22 de enero de 2018

Numantia



 Presentamos hoy un juego sobre la gesta celtíbera de Numancia y las campañas romanas que llevaron a su destrucción.  Un juego de historia narrativa con toques de  estrategia por turnos, con un ambiente muy conseguido y que gustará a los amantes de la historia y a los curiosos de ese episodio. Aunque a los wargameros de toda la vida les puede parecer muy ligero.


 Numantia está realizado por la empresa española Reco Technology y es un juego que tiene versión tanto de ordenador como de consola (PS4, Xbox).  Se caracteriza por un estilo narrativo, en que nos sumergimos en las guerras numantinas por fases, llamadas capítulos en el juego, que son una serie lineal de eventos desde el 153 a.C. hasta su final, veinte años más tarde. Es como una novela animada, donde vamos tomando decisiones y escogiendo opciones. Este enfoque provoca que sea un juego de un solo jugador y no tenga multiplayer.

Los devoti que no falten cuando se habla de hispanos

 Se puede jugar desde el bando celtíbero como desde el romano. Cada uno con sus personajes históricos y ficticios. Es de agradecer lo bien que se nos pone al corriente de la situación al principio de la partida, con una gran fidelidad a la historia de las guerras celtíberas.

Romanos conspirando maldades expansionistas

El mapa de campaña, aunque bonito, confunde un poco, porque no es realmente un mapa, sino un paisaje de asentamientos de la región celtíbera, donde vas saltando de uno en otro. Cada bando tiene su asentamiento principal (Numancia o el campamento romano), el cual está dividido en zonas donde puedes desbandar o entrenar tropas, comprar equipamiento, cambiar recursos o decidir eventos.

Este es el mapa y...


¡Esta es Numancia!

 El juego en sí es una serie lineal de eventos donde debemos tomar decisiones; algunas te permiten ganar recursos, conseguir nuevas tropas o un efecto en la moral, mientras que otras, la mayoría, acaban en batallas. Falla, en mi opinión, en que tenemos escaso control sobre el discurrir de la historia. Las decisiones que tomas tienen sus consecuencias, por supuesto, pero son inmediatas y no tienen más recorrido a largo plazo. No cambian de forma sustancia el entramado, solo son adornos a una historia que va a saltos y poco puedes cambiar. En cada capítulo, lo importante es batallar y vencer. Pero bueno, así fue en realidad.

Una tranquila charla nocturna

Las batallas son por turnos, en escenarios divididos en hexágonos, típicos de los wargames clásicos.  Cada ejército puede tener hasta 14 unidades, que van desde unidades históricas bien hechas a unidades formadas por un solo individuo u "héroe", que es una versión individual e hipervitaminizada de otras unidades, capaz de derrotar a decenas de enemigos él solito, lo que causa pérdida de realismo en un juego que pretende ser histórico. 

¡Venid a mí, que os arrollo!

Las unidades tienen diferentes atributos, como la moral y resistencia, semejantes a otros wargames. Pero en este caso hay la novedad de que se mueven primero las que tienen más "iniciativa" y que se puede gastar moral para mover una unidad más hexágonos. También se tiene en cuenta el flanqueo, que puede causar una sangría. Aunque el problema que veo es que las unidades nunca caen en pánico o se retiran de la lucha. Cada batalla acaba, por narices, con la muerte del último de los enemigos en una gran matanza, lo que rompe también el realismo.


Los elefantes no podían faltar

Otro detalle es que los celtíberos están dopados de atributos y los romanos sufren las consecuencias. Hay un claro desbalance de fuerza a favor de los numantinos... pero en parte es histórico, porque los romanos sufrieron verdaderas palizas.

Dando estopa 

En definitiva, es un juego que destaca por su rigor en lugares, personajes y ambiente. Pero tiene algunas carencias en su trama y, sobre todo, falla como wargame realista en aspectos claves.
Con todo, es una aceptable y recomendable contribución sobre el mito de Numancia y un ejmeplo de su duradera influencia hasta nuestros días.

Os dejo con un gameplay:



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