martes, 31 de marzo de 2015
Monthy Python pasó por los Corrales de Buelna
Por: David P. Sandoval
De Pontis es una webserie española (de esas que solamente puedes ver en Youtube o la página de los autores, la fórmula barata tipo Netflix o la reciente incursión de Amazon) que trata de una guarnición perdida en el culo del mundo romano en la época del emperador Calígula. Un puente que está en el limes con una tribu belicosa (o algo así) guardado por varios legionarios a cual más cafre o extraviado en cuanto a personalidad.
El primer contacto que tuve con la serie De Pontis fue hace mucho, mucho tiempo. Cuando me llamaron para consultar si mi antigua asociación prestaría equipaciones para los actores. Yo pregunté por la ambientación y época, y la respuesta fue más o menos que “es una comedia, da un poco lo mismo… pero por el año 39 d. C.”.
Enseguida se nota la pretensión humorística de esta producción y las referencias de los Monty Python, incluso a los miembros del grupo Chanante. Los equipos, que a eso vamos, como bien dijo el autor, no son tan importantes. E incluso así, son muy interesantes. Prestados por la Asociación de las Guerras Cántabras, resultan heterogéneos y los llevan con verdadera pretensión de comedia.
Es de destacar el lío con los cargos de los oficiales, así como la vestimenta del líder del puente; sacada de las fiestas de Cartagena, por lo menos, o de un carnaval, pero quizá hecho a propósito para acentuar su carácter humorístico. También las caracterizaciones de los personajes, simplificando sus personalidades con el único fin de lograr un efecto cómico en cada trama, algo que se logra con esos cascos sueltos, la forma de caminar sujetando los pomos de las espadas, las mallas tintineando o los escudos y capas enredándose. La serie juega a reírse de diversas situaciones del Imperio Romano con el puente y su guarnición como trasunto del mismo (peajes, caminos, leyes, economía, los bárbaros o jerarquías sociales…) y en ocasiones lo logra, quizá donde más en el segundo episodio de los tres que tiene. Pero también es cierto que se nota deslabazado, caótico, sin ese carisma y subconsciente hilazón que armaba las películas de los Monty Python, especialmente la inigualable La vida de Brian, de quien beben… pero no se emborrachan.
En todo caso, serie simpática de ver, que ver y disfrutar. Espero que los autores añadan más historias divertidas de Petronio Lerele, pues he de reconocer que un personaje así es un caramelo.
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