El Sarcófago Ludovisi representa el clamor de la batalla |
Lo que está demostrado es que las enseñas debieron de ser instrumentos útiles en el campo de batalla, porque Polibio las consideraba elementos imprescindibles en tiempos de la II Guerra Púnica. A raíz de estos indicios, numerosos investigadores proponen que las formaciones legionarias pudieran ser más laxas de lo que se pensaba tradicionalmente.
Según estas interpretaciones, las centurias y manípulos se movían con relativa libertad durante el combate. La teorías del 'dynamic standoff' de J. E. Lendon y Philip Sabin proponen que las unidades menores se desgajarían del cuerpo principal del ejército para chocar contra el enemigo y volver después a las seguridad de las filas propias.
Este modo de combatir, bautizado en español como ‘sistema de nubes’ o ‘sistema de amebas’ por Fernando Quesada, requiere de señales visuales que evitasen que las unidades semiindependientes se perdiesen en el caos del combate. Por eso no es extraño que la formación legionaria abundase en estandartes: cada centuria y escuadrón de caballería (turma) tenía uno, así como las unidades más grandes (manípulos, cohortes de auxiliares y alae). El mismo general poseía un estandarte rojo (o púrpura, en caso de tratarse del emperador) que se guardaba en sus aposentos en el campamento (praetorium) y que se usaba, entre otras cosas, para identificar su posición en el campo de batalla y para dar la orden de empezar el combate.
Denario del siglo I a. C. con representaciones de estandartes |
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