viernes, 7 de marzo de 2014

Tras los pasos de Escipión el Africano



Bajo el ardiente sol del verano, algo más de una decena de voluntarios van a caminar 460 kilómetros pertrechados para la guerra. En concreto para la Segunda Guerra Púnica. ¿Locos? No exactamente; investigadores y aficionados que quieren a comprobar si los datos de las crónicas antiguas son factibles. En la actualidad han abierto un canal de micromecenazgo para costear los gastos de su gesta, a la que han bautizado como Via Scipionis. No podíamos menos que hablar con el responsable de este plan, el arqueólogo José Miguel Gallego.



P: ¿Qué es Via Scipionis?
R: Via Scipionis es un proyecto que intenta hermanar arqueología experimental, recreación histórica, turismo cultural de calidad y beneficiencia. Se basa en un hecho histórico acontecido en el año 209 a. C., durante la denominada Segunda Guerra Púnica, protagonizado por el cónsul Escipión el Africano (el mismo que derrotará a Aníbal en Zama años más tarde). Según narra Polibio, una de las fuentes más fiables para este periodo, Escipión marchó al frente de dos legiones desde sus campamentos ubicados en la zona de la actual desembocadura del Ebro contra la principal base militar y naval cartaginesa en la Península Ibérica: la actual Cartagena. Recorrieron aquella distancia en siete días, en un promedio de 60 kilómetros al día.
El Proyecto de la Via Scipionis nace, fundamentalmente, para rememorar aquella gesta. Nosotros hemos doblado el tiempo de ejecución y tardaremos 15 días en recorrer la misma distancia. Por otro lado, pretendemos emplear esta propuesta para llevar a cabo un estudio científico sobre el ejército republicano en marcha, para atraer turismo hacia aquellos municipios por los que transcurre la travesía y sobre las antiguas vías de comunicación como la Via Heraklea o la Via Augusta. Creemos que este proyecto constituye una excelente oportunidad para conocer cómo se movían las legiones consulares, pero también para convertirse en un reclamo turístico cultural de primer orden.

José Miguel Gallego
P: ¿Cómo surge este proyecto?
R: La idea surge a partir de otro proyecto más ambicioso denominado Via Annibalica, para el cual estamos actualmente buscando financiación europea, cuyo objetivo principal consiste en recrear multitudinariamente algunos de los episodios más importantes protagonizados por el brillante general cartaginés Aníbal durante la Segunda Guerra Púnica (como el paso de los Alpes, o las batallas del Lago Trasimeno, Cannas o Zama) en España, Francia, Italia y Túnez. Estamos convencidos de que este tipo de actividades de recreación y difusión histórica pueden ejercer un poderoso poder de atracción para el turismo de calidad, como se ha demostrado en eventos como Hastings (Inglaterra), innegable fuente de inspiración para nosotros, y funcionar como un importante elemento de dinamización social y económica. La Via Scipionis, a pesar de ser un proyecto de considerable envergadura, está integrada en esta iniciativa más ambiciosa y puede ser considerada como el prólogo.

P: ¿Quién está detrás de esta iniciativa?
R: Esta propuesta surge estrictamente del ámbito profesional, de la pequeña empresa Artifex, conservación y recreación del patrimonio arqueológico que actualmente dirijo. Cabe señalar que no obtendremos ningún tipo de beneficio económico (probablemente será lo contrario) por haberla ideado y participar; el único beneficio que obtendremos será la publicidad que podamos llevarnos como empresa. Yo soy arqueólogo, trabajador en régimen de autónomo y ante el desalentador panorama laboral que se ha cernido sobre el sector de la arqueología en particular y de la cultura en general, opté por generar una oferta basada en la arqueología y la historia que pudiera interesar a las administraciones públicas.
En la coordinación participa Bellvm Annibalicvm, una asociación para la recreación de la Segunda Guerra Púnica que emana de las inquietudes de los miembros de los grupos Athenea Promakhos, Evocati Apri Scipioni, Iboshim e Ibercalafell. Gracias a ellos dispondremos de material para prestar a los participantes que no disponen de equipación propia, además de elementos relativos a la logísitca (tiendas de campaña, mobiliario de campaña, etc...).
Por otro lado, en la preparación de la propuesta, hemos recibido la ayuda inestimable de Recrea Historia TV y de la Federación de Tropas y Legiones de Cartagena. La ONG Educo, para cuyo programa de "Becas Comedor" queremos recaudar fondos, también nos mostró su apoyo incondicional desde el principio.

P: Uno de los objetivos de la marcha es recopilar documentación para un artículo científico. ¿Sobre qué va a versar ese artículo?
R: Aunque aún no lo hemos planificado aún (primero necesitamos saber si lograremos reunir el presupuesto necesario), nuestra intención es llevar a cabo una meticulosa recogida de datos con los que redactar un artículo de arqueología experimental para intentar aproximarnos a la dinámica y la logística de las legiones consulares y al desgaste del material y personal de una marcha tan dura. Se conocen pocos detalles relativos a estos elementos que, en general, emanan de la documentación literaria. Las evidencias arqueológicas recuperadas en algunos campos de batalla de esta cronología, como en el caso del campo de la Batalla de Baecula (Santo Tomé, en Jaén) evidencian una intensa pérdida de elementos correspondientes al calzado, como son las tachuelas de hierro de las caligae, el típico calzado militar, que queremos estudiar.

P: ¿Qué referentes han tomado para hacerlo?
R: En los años 80, un equipo de recreadores alemanes encabezados por el profesor Markus Junkelmann, llevó a cabo una proeza, recorriendo a pie una distancia similar, con un desnivel muy pronunciado (ellos atravesaron los Alpes entre Italia y Austria) que culminó en un libro que constituye nuestro referente más importante, por su altísima rigurosidad y originalidad. Quisiéramos hacerlo tan bien como ellos.

P: ¿En qué situación se encuentra ahora el proyecto?
R: Via Scipionis se encuentra actualmente en una fase muy inicial. El 4 de marzo abrimos en Verkami, página dedicada al micromecenazgo, una web marcándonos el objetivo de reunir 6.000 euros. Es cierto que ha generado una expectativa e interés que yo no me hubiera imaginado, fruto de la cual son varias las entrevistas a medios de información solicitadas. Incluso algunos técnicos municipales de varios ayuntamientos por los que transcurre la travesía me han llamado manifestando su interés en colaborar con nosotros y en facilitar las cosas para que podamos caminar sin problemas. El próximo día 14 de marzo, a las 19 horas, presentaremos el proyecto en el Museu de les Terres de l’Ebre en Amposta, que se ha mostrado interesado y dispuesto a colaborar desde el principio.

P: Así que están en plena campaña de recolecta de donativos.
R: Las contribuciones de las personas que confían en el proyecto no son donaciones desinteresadas, sino que reciben a cambio, y en función del importe aportado, diferentes tipos de recompensas, que van desde una postal dedicada (para las aportaciones más bajas de 10 euros) hasta una réplica de un escudo oval ibérico o romano, entradas gratuitas a museos, eventos, camisetas, una copia en video de la experiencia, etc... Incluyendo la posibilidad de participar caracterizado de época en eventos, recreaciones de batallas o cenas históricas para los más interesados en vivir la Historia en primera persona (para las aportaciones más altas). En esencia, se trata de ofrecer una gratificación por haber hecho posible un proyecto que de otra forma tendría pocas opciones de hacerse realidad.

P: ¿Cuántas personas participarán en la marcha? ¿Cuántas hay apuntadas ya?
R: Inicialmente, habíamos planteado la experiencia enfocada a 8 personas (el equivalente a un contubernio o un “pelotón” consular), también por cuestiones de presupuesto y de disponibilidad de material de recreación. Sin embargo, con el tiempo nos dimos cuenta de que podíamos ampliar el grupo, y actualmente lo concebimos como una empresa en la que participarán hasta 15 personas, caracterizadas de tropas romanas y de tropas auxiliares ibéricas. Hasta la fecha, tenemos a 11 personas interesadas, aunque esperamos incrementar esa cantidad para cubrir posibles bajas de última hora o eventuales (personas que sólo podrán venir a algunos tramos). Naturalmente, se dará prioridad absoluta a aquellas personas interesadas y comprometidas a realizar la marcha al completo y a asumir el rigor de una pseudo-disciplina, necesaria para el correcto desarrollo de la actividad y del estudio científico.

P: ¿Qué requisitos piden a los participantes? ¿Qué cualidades hay que tener para hacer la marcha?
R: Los únicos requisitos que pedimos son la mayoría de edad, y la aceptación de las bases indicadas por nosotros, que entregaremos a los interesados. Obviamente, frente a una marcha de ésta envergadura (unos 30 kilómetros al día, con calzado y equipación militar de la época) es necesario poseer resistencia física, y sobretodo mental. Sufriremos calor, dolor, momentos agradables y otros no tanto. Por esta razón, pediremos a los participantes que, como mínimo, dos meses antes del inicio de la marcha comiencen a emplear calzado de época en las actividades de su vida cotidiana, y que lleven a cabo ejercicios físicos que permitan aumentar su resistencia. En cualquier caso, contrataremos un paquete de seguros de responsabilidad, para prevenir daños mayores como pueden ser fracturas óseas o accidentes (aunque es poco probable que esto llegue a ocurrir).





P: A primera vista, el reto parece de una dureza física impresionante. ¿No le impone respeto enfrentarse a un proyecto así?
R: Francamente, mentiría si dijera que no. Como bien señalas, se trata de un proyecto extremadamente duro que va a poner a prueba no sólo el físico sino también la mente de todos los participantes. Sin embargo, estoy convencido de que esta marcha va a sentar las bases de una manera de entender la recreación histórica, y de hecho (y espero estar equivocado en esto) creo que se va repetir pocas veces. Por este motivo, y aquí sólo puedo hablar a titulo propio, para mí es un desafío personal cuya recompensa, precisamente, reside ahí. Con el tiempo, los participantes podremos decir: “yo estuve ahí”.

P: En los últimos años ha habido una proliferación de proyectos relacionados con la presencia púnica en la Península. ¿A qué lo achaca?
R: Bueno, Cartago y la civilización que representa, ha sido y sigue siendo una de las grandes desconocidas del Mediterráneo antiguo. Después de haber sido destruida por la emergente potencia romana y de haber pasado por los tamices de la tradición filo-latina, su recuerdo se limitaba al testimonio de escasas evidencias arqueológicas y a su mención en las fuentes clásicas, siempre condicionadas. No debemos olvidar que durante siglos fue la mayor potencia del entorno Mediterráneo, muy por encima de la Roma del momento, y una revisión de los datos para ampliar nuestros conocimientos era necesaria. Creo que, justamente ahí reside su interés.
Personalmente, me gustaría que se continuaran las investigaciones en el terreno arqueológico en general, y en lo referente al periodo en el que se enmarca la Segunda Guerra Púnica, momento crucial para occidente, en el que Roma estuvo a punto de desaparecer. Desgraciadamente, el panorama no es muy alentador. O mucho me equivoco, o me temo que la inversión en el desarrollo de la arqueología, en general, cada vez será menor.

P: Aparte de Via Scipionis, ¿existe algún otro proyecto de estudio o recreación en España que le llame la atención?
R: Como especialista en Protohistoria, no conozco ninguna iniciativa en particular para esta cronología que destaque en lo referente a la recreación histórica. Existen, sin embargo interesantísimos estudios en marcha sobre campos de batallas (Proyecto Baecula de la Universiadad de Jaén) o sobre campamentos militares cartagineses y romanos de la Segunda Guerra Púnica que despiertan mi interés y que están ofreciendo una gran cantidad de información sobre uno de los momentos más convulsos y desconocidos de nuestra historia.

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