En todos ellos se convirtió en la película líder de la taquilla durante al menos la primera semana de su estreno.
El éxito cinematográfico se midió también en que de los 103 millones de dólares que costó, recaudó 460, convirtiéndose en la película que más dinero recaudaba ese año, hasta que unas semanas después se estrenó Misión Imposible 2. Finalmente terminó siendo la segunda película más taquillera de 2000.
En lo que a premios se refiere, en los Óscar arrasó, logrando doce nominaciones, de las cuales ganó cinco: mejor película, mejor actor, mejor vestuario, mejor sonido, y mejores efectos visuales. Ganó también cuatro premios BAFTA y dos Globos de Oro.
Aunque ninguno de esos premios fue por su banda sonora, esta estuvo nominada a ese Óscar, y a día de hoy la música de Gladiator es una de las más famosas de la historia del cine (muy usada en documentales, competiciones deportivas, etc.).
Gladiator supuso también el gran salto para Russell Crowe y Joaquin Phoenix, dos actores hasta entonces prácticamente desconocidos, e igualmente supuso el gran papel de su vida para Connie Nielsen (Lucila).
El gran nivel de sus efectos visuales, que le mereció el Óscar, puede verse en muchas escenas, especialmente en la fabulosa recreación por ordenador del Coliseo. Por ejemplo durante el combate entre Máximo y Tigris de la Galia, al poco de salir el primer tigre, el plano se abre y nos ofrece una panorámica completa del interior del Coliseo, desde la arena hasta el pórtico de ochenta columnas donde estaban las gradas más altas. Uno se queda sin aliento viendo eso, y es ciertamente la más espectacular –y rigurosa– recreación que se ha hecho hasta la fecha del interior del Coliseo. En otros momentos de la cinta vemos recreaciones de la fachada, o de todo el edifico a vista de pájaro, también impresionantes, pero quizá esa panorámica del interior del Coliseo las supera a todas, haciéndonos sentir realmente como si nos encontrásemos dentro de ese anfiteatro, tal y como luciría en su estado original.
Y es que el Coliseo es, a fin de cuentas, otro más de los protagonistas de Gladiator, probablemente el principal.
Dejando a un lado lo cinematográfico, Gladiator tuvo también un gran impacto en muchas otras áreas, y por ejemplo desató en todo el mundo el interés del gran público por todo lo relacionado con los gladiadores y la antigua Roma. Los estudios en ese ámbito, exposiciones, conferencias, libros, y demás productos culturales relacionados experimentaron inmediatamente una demanda inusitada, la gente quería saber más sobre ello, de manera que por todos lados surgieron exposiciones, conferencias, libros y documentales para saciar esa sed. De hecho, los estudios y la investigación en la antigua Roma, y en los gladiadores, se vieron muy beneficiados, pues recibieron de pronto una atención de la que nunca antes habían disfrutado, y de la que ninguna otra rama de las humanidades disfruta, especialmente las que se refieren al mundo antiguo.
Pero fue la gladiatura en concreto la que se vio más beneficiada, y si antes apenas había recibido atención, siendo considerada como un hobby para aficionados, tras Gladiator se convirtió en un campo de estudio científico, serio y respetado, publicándose varios libros y artículos académicos de gran nivel, y organizándose exposiciones temáticas por todo el mundo (como la del British Museum en 2000 o la del Coliseo en 2001). Las exhibiciones de combates gladiatorios también se multiplicaron, surgiendo grupos de recreadores de gladiatura en todos los países.
Dado que Gladiator se ha convertido en un film de culto, emitido cada año varias veces por las televisiones y canales de todo el mundo, mucho de ese interés por la gladiatura y la antigua Roma sigue vivo a día de hoy.
Hasta ahí lo bueno.
En cuanto a lo menos positivo, está que Gladiator ha extendido entre la gente muchas ideas falsas, referentes a la gladiatura, a los hechos que narra y a la antigua Roma en general, por los muchos errores que contiene: desde lo del pulgar hacia abajo o hacia arriba, pasando por los combates en que aparecen armas medievales, los cascos de fantasía, o los caballos con estribos… la lista es interminable.
Si bien detalles técnicos como los anteriormente señalados no son correctos, lo que Gladiator sí recrea fielmente (y ahí está el mérito del film, lo cual le valió el éxito que tuvo y que aún tiene) son las sensaciones que sentía cualquiera que se sentaba en las gradas del Coliseo: uno se estremece cuando resuenan los cuernos anunciando los combates, y salta en su butaca cuando irrumpen en la arena los gladiadores. Esa atmósfera que existía en el Coliseo hace casi dos mil años la reproduce perfectamente Gladiator, como no lo había hecho ningún film anterior.
Y como tampoco ha vuelto a hacer ningún film después: tras el éxito de Gladiator se esperaba que llegase toda una ola de películas similares, pero tal cosa nunca ocurrió… ni una sola gran película sobre gladiadores ha vuelto a estrenarse en estos veinte años. ¿Por qué tras el éxito de Gladiator no volvió a rodarse ninguna película sobre gladiadores? Nadie lo sabe. Como suele decirse, las razones que mueven a los productores de Hollywood son inescrutables.
En televisión sí tuvo más repercusión Gladiator, y lo mejor que se produjo fue la serie Roma (2005-2007, de HBO), toda una joya que supera a Gladiator en rigor histórico, si bien la única escena supuestamente de gladiadores que aparece en toda la serie es tan poco rigurosa como las de Gladiator. También nos llegó la serie Spartacus (2010-2013, de Starz), bastante deficiente en rigor histórico y detalles técnicos, pero que también ayudó a preservar la popularidad del fenómeno gladiatorio, manteniéndolo vivo en la primera mitad de la década de los 2010. Muchos documentales históricos sobre gladiadores se produjeron también, algunos a cargo de entidades tan prestigiosas como la BBC, pero con resultados igualmente insatisfactorios, cayendo de nuevo en errores tradicionales.
Así, veinte años después de su estreno, Gladiator sigue sin tener una película que la suceda, y lo mejor que podemos pensar es que cada día falta menos para que eso ocurra, para que vuelva a estrenarse una nueva película de temática gladiatoria que suponga el mismo fenómeno que Gladiator supuso en su día. Esto no quiere decir que tenga que ser la rumoreada Gladiator 2, de la que se viene hablando desde el mismo año 2000, y que por lo que se dice de sus posibles argumentos –a cuál más inverosímil– no parece que vaya a tener mucho éxito (se ha rumoreado de todo, desde que pretenden hacer volver a Máximo de la tumba hasta que quieren convertirlo en una especie de guerrero inmortal que lucha en las guerras del futuro, incluida la Segunda Guerra Mundial, defendiendo la justicia). No me refiero por tanto a un Gladiator 2, sino a una película de gladiadores que tenga la misma repercusión que tuvo Gladiator, un “segundo” Gladiator.
Mientras esperamos, siempre podemos disfrutar de la primera, cualquier día es bueno para volver a verla en casa y vibrar con sus combates y batallas. Por cierto, para los muy fans, de vez en cuando suele realizarse una proyección en el mismo Coliseo, con orquesta en vivo y coro interpretando la banda sonora. La última vez que se hizo fue el 6 de junio de 2018, asistiendo como invitados Russel Crowe y Connie Nielsen. Las entradas costaron entre 1.500 y 3.000 €, pues era una proyección para recaudar fondos con fines benéficos.
En cualquier caso, la veas donde la veas, es una película que siempre se disfruta.
¡Ave Ridley, los que agradecemos que hicieses Gladiator te saludan!
Alfonso Mañas
Experto en gladiatura
Miembro del grupo de investigación CTS-545
(área de Historia del Deporte)
de la Universidad de Granada
Para saber más sobre los errores y aciertos de Gladiator, y sobre la verdadera historia de los combates de Cómodo en la arena, ver los capítulos 6 y 9 del libro Gladiadores, el gran espectáculo de Roma.
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